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Nutrición en las etapas de la vida

Infancia

La infancia es una etapa de la vida muy delicada, nutricionalmente hablando, ya que las necesidades de nutrientes son elevadas y debido a la formación y crecimiento del cuerpo, alguna deficiencia puede tener mayor impacto que en otras edades.  En esta etapa se forman los hábitos alimentarios, por lo que es importante que se enseñen hábitos saludables.

 

Además de intentar que la dieta infantil incluya todos los tipos de alimentos, es también importante la distribución de las comidas a lo largo del día.  Los niños tienen poca capacidad en su aparato digestivo para las grandes necesidades de nutrientes que tienen, por lo que se recomienda fraccionar los alimentos en 4 ó 5 comidas en el lugar de 2 ó 3.

 

Embarazo

El embarazo es una etapa fisiológica de la vida femenina que requiere unas necesidades nutricionales específicas, ya que desde el momento en el que la mujer queda embarazada se producen en su organismo cambios encaminados a lograr un crecimiento y desarrollo fetales óptimos.

 

Una alimentación adecuada durante la gestación contribuye a prevenir problemas asociados al desarrollo del recién nacido, así como enfermedades maternas durante y después de embarazo.

 

Es recomendable el aumento en el consumo de frutas y verduras para aumentar el aporte de fibra, que ayuda a combatir el estreñimiento, además que son fuentes de vitaminas y minerales, sobre todo ácido fólico y antioxidantes.

 

Adulto

Durante la edad adulta es importante cuidar la dieta para mantener el estado de bienestar y evitar las enfermedades crónicas, tales como:  hipertensión arterial, cardiopatías, diabetes, cirrosis hepáticas.

 

También es importante mantener una dieta adecuada y actividad física, ya que en esta etapa hay muchos cambios fisiológicos importantes. El más sobresaliente se manifiesta entre los 25 y 55 años de edad.   Muchos adultos experimentan un aumento de peso, el cual implica cambios en la composición corporal:  reducción de la masa corporal magra y acumulación de reservas de grasa.  Esto se debe a cambios de hábitos alimenticios, disminución en actividad física,  ajustes al iniciar y mantener una familia, cambios hormonales en la mujer, ajustes en la menopausia masculina y femenina, ajustes emocionales con el síndrome del nido vacío, presiones de trabajo, etc.

 

La alimentación en el adulto debe consecuentemente, adaptarse a estos cambios.  Siempre teniendo en cuenta los factores que establecen el peso ideal tales como tipo de  actividad física,  sexo,  edad, estructura esquelética. Una dieta equilibrada implica comer lo suficientes para mantener el peso ideal y el elegir los alimentos cualitativos que disminuyan el riesgo de enfermedades. Si la  persona adulta es disciplinada en su alimentación  y consciente de  un estilo de vida saludable, estará invirtiendo para llegar en buenas condiciones a la llamada tercera edad.

 

Adolescencia

Durante esta etapa se dan cambios importantes, físicos y psicológicos, por lo que es fundamental una adecuada nutrición que garantice tanto el crecimiento como los cambios en la composición corporal típicos de esta etapa.

 

Las restricciones calóricas en este periodo de máximo crecimiento pueden tener consecuencias negativas, como incremento de estatura inferior a la genéticamente establecida, menor masa ósea y retrasos en la pubertad.

 

Los principales problemas nutricionales durante esta etapa de la vida se dan por el cambio en los hábitos alimentarios, ya que los adolescentes tienden a consumir mayor cantidad de comida rápida o chatarra, además de un horario irregular de comidas.  A todo esto se le suma el consumo de alcohol de la mayoría de adolescentes y en el caso de las mujeres, el seguimiento de dietas nutricionalmente inadecuadas.

 

Lactancia

La lactancia materna es la forma más fisiológica y aconsejable de nutrición infantil.  Se entiende por lactancia el primer periodo de la vida, que comprende varios meses, durante los cuales el recién nacido se alimenta exclusivamente de leche materna, único alimento capaz de aportarle todas las sustancias nutritivas indispensables en la proporción y equilibrio adecuado a su ritmo de crecimiento y maduración.

 

El proceso de lactación ayuda a la madre a recuperar su peso con mayor facilidad, ya que la producción de leche exige la utilización de las reservas de grasas almacenadas.  Pero también, la madre lactante deberá ajustar su dieta a esta situación para compensar las necesidades que supone la producción de leche, y evitar deficiencias que pueden perjudicar su estado nutritivo y salud.  Además, aunque la leche materna sea el alimento ideal para el niño, su composición varia con el estado nutricional de la madre, por lo que la dieta materna también afecta el estado nutritivo y salud del lactante.

 

Deportistas

Una alimentación correcta es necesaria para mantener y mejorar la salud y el rendimiento físico.  No hay ningún alimento ni dieta específica que garantice “ganar”  competencias.  Pero sí es importante establecer que el diseño personalizado de una alimentación específica para cada ejercicio físico y deporte es imprescindible para marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

 

La dieta de los deportistas debe ser equilibrada.  Es necesario compensar el gasto energético de forma que, una vez conseguido el peso ideal, se logre mantener a través de una nutrición óptima.

 

Nutrición y  entrenamiento van de la mano

 

Edad avanzada

Desde el punto de vista nutricional, las personas de edad avanzada son un grupo de población ‘vulnerable’, debido tanto a los cambios físicos y psicosociales asociados al proceso de envejecimiento como al aumento de la incidencia de enfermedades crónicas.

 

En esta etapa se dan algunos cambios físicos como por ejemplo:

 

Variaciones en la composición corporal, con la edad va disminuyendo la masa magra y el agua corporal y aumentando la proporción de grasa.  Por otro lado la pérdida de masa ósea puede aumentar la susceptibilidad a las fracturas, con la consiguiente perdida de movilidad.

Deterioro de las funciones fisiológicas; a nivel nutricional, los problemas dentales y digestivos son los que mayor impacto tienen en la ingesta, digestión y absorción de nutrientes.  Por lo que, muchas veces, es necesario modificar la textura de los alimentos.

Por lo tanto, la dieta de las personas de edad avanzada debe ser lo mas variada posible, procurando que la persona coma alimentos de todos los grupos y en cantidades moderadas.